A veces, lo más difícil de tener una enfermedad mental no es lidiar con los síntomas en sí, sino encontrar una atención constante que se ajuste a tus necesidades. Comenzar el tratamiento puede ser abrumador. Quizás sea la primera vez que buscas ayuda, o quizás el plan de tratamiento que te ha funcionado durante años ya no te funciona. Tienes más opciones de las que crees, y puede que necesites varios intentos antes de encontrar un plan de recuperación y un estilo de vida que te funcionen.