"Si tan solo" es una frase que escuchamos con demasiada frecuencia en salud mental. Si tan solo supiéramos qué está pasando. Si tan solo supieran que no están solos. Si tan solo hubiéramos reconocido las señales. Si tan solo hubiéramos tenido acceso a tratamiento. Si tan solo... Desafortunadamente, la conversación suele ser breve y después de que la tragedia ya ha ocurrido: suicidios, falta de vivienda, desempleo y encarcelamiento.

Afortunadamente, sabemos cómo actuar a tiempo. Estudios en todo el país demuestran una y otra vez que podemos prevenir o mitigar los efectos de las enfermedades mentales y permitir que las personas vivan vidas plenas y productivas en la comunidad. Desde la influencia de la genética y la salud prenatal hasta la adultez temprana, estamos aprendiendo más sobre los puntos críticos del desarrollo cerebral y las experiencias de vida que aumentan el riesgo o protegen contra el desarrollo de trastornos de salud mental.

Los estudios muestran que la mitad de quienes desarrollarán trastornos de salud mental muestran síntomas a los 14 años.[i],[ii] Sabemos que el período entre el desarrollo prenatal y la adultez temprana es crucial para el cerebro. A pesar de saberlo, seguimos fallando a nuestros hijos al ignorar los problemas hasta que alcanzan niveles críticos. En lugar de invertir en programas de prevención e intervención temprana y brindar acceso a servicios adecuados, tenemos tasas desmesuradas de suicidio, deserción escolar, falta de vivienda y participación en el sistema de justicia juvenil.[iii],[iv],[v],[vi] Si bien podemos trabajar para brindar servicios y apoyo de salud mental y promover la recuperación de las personas necesitadas, la abrumadora cantidad de quienes luchan es un recordatorio de con qué frecuencia esperamos demasiado para actuar.

La siguiente información presenta una cronología de factores importantes que sabemos que son perjudiciales para la salud mental a lo largo de los primeros años de vida, y destaca varios programas y políticas que abordan los factores de riesgo y aumentan los factores de protección para promover la prevención y la intervención temprana de las enfermedades mentales.

Dañino o útil

Los factores de riesgo y protección se utilizan a menudo como marco para abordar cuestiones que afectan la prevención y la intervención temprana de las enfermedades mentales. Los factores de riesgo son perjudiciales e impiden la recuperación, mientras que los factores de protección son beneficiosos y la apoyan. Hemos optado por abordar los factores perjudiciales o beneficiosos en cuatro categorías. Si bien existe cierta superposición entre las categorías y no existe una fórmula exacta para determinar en qué medida un factor específico afectará a una persona, estas cuatro categorías ofrecen un buen marco para explorar las diferentes maneras en que podemos ayudar a las personas a alcanzar sus objetivos de recuperación. Las categorías son:

  1. Salud

¿Tienen mi cerebro y mi cuerpo la capacidad de hacer las cosas que necesito? Las lesiones cerebrales traumáticas, las enfermedades crónicas y los trastornos de salud mental son ejemplos comunes de problemas de salud que afectan la capacidad de nuestro cuerpo y cerebro para realizar las actividades que deseamos. Los problemas de salud que influyen en la salud mental también incluyen la exposición a sustancias tóxicas, la nutrición y el sueño, entre otros. Los factores perjudiciales o beneficiosos que entran en esta categoría están directamente relacionados con la capacidad del cuerpo físico y el cerebro para realizar las funciones necesarias para una vida plena.

  1. Seguridad o protección

¿Existen factores ambientales o interpersonales que afectan mi capacidad de atender o prestar atención a las cosas que necesito? Traumas como el abuso, la negligencia, la violencia sexual o física, o la exposición a la violencia interfieren con nuestra capacidad de prestar atención a lo que necesitamos. Tras experiencias traumáticas, muchos sobrevivientes reaccionan con hipervigilancia: un estado de mayor miedo y atención a su entorno. De esta manera, muchos niños que experimentan trauma se convierten en niños soldados, prestando mucha atención a cualquier factor que pueda causarles un daño inminente. Este cambio en la atención les dificulta concentrarse o responder a las exigencias diarias, como la escuela u otras actividades cotidianas. Los factores perjudiciales o beneficiosos de esta categoría se refieren a las influencias externas que influyen en la capacidad de una persona para prestar... atención apropiada y requerida a las cosas que necesitan y quieren hacer.

  1. Recursos

¿Tengo los bienes tangibles o servicios disponibles para satisfacer mis necesidades? Esto incluye el acceso a recursos como vivienda adecuada, alimentación nutritiva, finanzas y educación, así como a servicios de salud mental, como apoyo escolar y tratamiento de salud mental. Como Abraham Maslow lo entendió en su Jerarquía de Necesidades, las necesidades fisiológicas como aire, agua, alimento y refugio son los requisitos más básicos para que una persona funcione y prospere. Cuando los jóvenes experimentan los primeros signos de una enfermedad mental (generalmente alrededor de la pubertad), tener acceso a los recursos de salud mental necesarios, como terapia, servicios entre pares, educación con apoyo, gestión de casos, atención escolar y comunitaria integrada, y a veces medicamentos, es crucial para prevenir el empeoramiento de la enfermedad mental. Los factores perjudiciales o beneficiosos en esta categoría se refieren a bienes o servicios que apoyan la salud física y mental de una persona y su bienestar general.

  1. Relaciones

¿Tengo apoyos interpersonales que me ayuden a satisfacer mis necesidades? Esto incluye relaciones sanas y apropiadas con otras personas, como cuidadores, familiares, amigos o compañeros de clase. También incluye el grado en que la persona se siente valorada en su comunidad. Si bien las relaciones pueden ser un recurso y contribuir a nuestra sensación de seguridad o inseguridad, se les asigna una categoría aparte debido al papel especial que pueden desempeñar las relaciones sanas o no sanas para las personas. Los efectos negativos del aislamiento son una experiencia muy común para las personas con enfermedades mentales. Los programas y políticas que abordan el aislamiento o el apoyo familiar y de pares merecen especial atención. Los factores perjudiciales o beneficiosos en esta categoría se refieren al apoyo que una persona necesita y recibe de quienes la rodean, lo cual impacta su salud y bienestar.

Además de las cuatro categorías de factores perjudiciales (de riesgo) o beneficiosos (protectores), dividimos la vida temprana en tres períodos distintos donde ocurren cambios sociales, emocionales y biológicos específicos: del período prenatal a la primera infancia, de la primera infancia a la pubertad, y de la pubertad a la adultez temprana. Estos períodos son momentos críticos en los que podemos tomar medidas para apoyar a niños y jóvenes antes de que lleguen a una crisis o cuando la recuperación se vuelva más difícil. Para cada etapa, proporcionamos investigación sobre factores de riesgo o protectores importantes y ofrecemos varias opciones de políticas y programas que han demostrado eliminar los factores perjudiciales o aumentar los beneficiosos. La esperanza es que el apoyo a estos cambios de políticas y la implementación de programas de prevención e intervención reduzcan el número de familias que reflexionarán sobre el "si tan solo...", así como la excesiva dependencia de la retrospectiva y las prácticas reactivas que se utilizan actualmente para abordar las enfermedades mentales.

Genética y desarrollo cerebral

Si bien muchos de los factores beneficiosos y perjudiciales que se analizan a continuación se relacionan con factores ambientales, es importante reconocer la influencia de la genética y el desarrollo cerebral. Al igual que muchos problemas de salud física, los genes y el desarrollo cerebral influyen en las enfermedades mentales, y una persona tiene mayor probabilidad de desarrollar un trastorno específico si otros miembros de su familia han sido diagnosticados con dicho trastorno.[vii]  Sin embargo, tener una predisposición genética a las enfermedades mentales no implica necesariamente que una persona las vaya a desarrollar. Implica un mayor riesgo, que, combinado con otros factores perjudiciales, aumenta la posibilidad de que alguien sufra problemas de salud mental. Para complicar aún más la situación, a veces se producen mutaciones aleatorias en el desarrollo cerebral, de modo que incluso las personas nacidas en entornos seguros y de apoyo, con acceso a los recursos necesarios, pueden seguir padeciendo problemas de salud mental.

Afortunadamente, sabemos que los genes y las características físicas del cerebro no operan al margen de la influencia del entorno. Si bien aún no podemos modificar el código genético con el que nace una persona, al influir en el entorno en el que vive podemos influir positivamente en su funcionamiento y desarrollo (neuroplasticidad). Esto es similar a cómo la fisioterapia o la terapia ocupacional apoyan a una persona tras una lesión física.

Existen períodos críticos durante el desarrollo cerebral en los que este experimenta un rápido crecimiento y cambio. Al nacer, un bebé tendrá casi todas las neuronas (células nerviosas) que tendrá a lo largo de su vida. Sin embargo, durante los primeros años de vida, el cerebro desarrollará el doble de sinapsis (estructuras que permiten que una neurona transmita señales químicas y eléctricas a otra) que en la edad adulta.[viii] Este proceso, llamado florecimiento, convierte la infancia en una etapa crucial para el aprendizaje y la interacción con la información externa. Las sinapsis que se activan y utilizan repetidamente se fortalecen. Tras el florecimiento, se produce la poda: la eliminación de conexiones innecesarias entre neuronas y el fortalecimiento de las conexiones importantes. Este proceso se ha vinculado especialmente con importantes problemas de desarrollo cerebral y salud mental en la adolescencia.[ix],[incógnita],[xi]  El momento en que se producen estos cambios (desde la infancia hasta la pubertad) proporciona evidencia adicional de por qué es crucial centrarse en los problemas de salud mental entre los jóvenes y por qué es perjudicial esperar hasta que alguien llegue a la edad adulta. Si realmente queremos abordar las enfermedades mentales, debemos... abordar todos los factores Sabemos que jugamos un papel en su desarrollo y debemos Abordar estos factores de forma temprana.

Prevención e intervención temprana en salud mental

Análisis de prevención adicionales y hojas informativas

El análisis a continuación y las hojas informativas adjuntas resaltan información importante que puede usarse como base para las partes interesadas en comprender e implementar políticas y prácticas preventivas en sus comunidades.

Grabaciones de seminarios web

Mental Health America organizó un seminario web titulado “Florecer: la salud mental positiva es buena salud pública” el 13 de abril de 2011. Corey LM Keyes, PhD, profesor de Sociología en la Universidad Emory, presentó.  Descargar presentación en PowerPoint del seminario web

El Dr. William R. Beardslee, del Departamento de Psiquiatría del Hospital Infantil de Boston y la Facultad de Medicina de Harvard, se unió a MHA para presentar un seminario web titulado "Prevención de afecciones de salud mental y depresión en la crianza de los hijos: implicaciones de dos informes recientes del IOM".  Descargar materiales del seminario web

Referencias

[i] Kessler RC, Chiu WT, Demler O, Merikangas KR, Walters EE. Prevalencia, gravedad y comorbilidad de los trastornos del DSM-IV a 12 meses en la replicación de la Encuesta Nacional de Comorbilidad. Arch Gen Psychiatry. Junio de 2005;62(6):617-27.

[ii] Paus, T., Keshavan, M. y Giedd, J.N. (2008). ¿Por qué surgen muchos trastornos psiquiátricos durante la adolescencia? Nature Reviews Neuroscience, 9(12), 947-957.

[iii] Prevención del suicidio. (10 de marzo de 2015). Recuperado de http://www.cdc.gov/violenceprevention/pub/youth_suicide.html

[iv] 30.º Informe Anual al Congreso sobre la Implementación de la Ley de Educación para Personas con Discapacidad de 2008 (1 de diciembre de 2011). Recuperado de https://www2.ed.gov/about/reports/annual/osep/2008/parts-bc/30th-idea-arc.pdf

[v] Características y necesidades de las familias sin hogar. (1 de diciembre de 2011). Recuperado de http://www.familyhomelessness.org/media/306.pdf

[vi] Mejores soluciones para jóvenes con necesidades de salud mental en el sistema de justicia juvenil. (2014). Recuperado de http://cfc.ncmhjj.com/wp-content/uploads/2014/01/Whitepaper-Mental-Health-FINAL.pdf

[vii] Grupo de Trastornos Cruzados del Consorcio de Genómica Psiquiátrica. Relación genética entre cinco trastornos psiquiátricos estimada a partir de polimorfismos de un solo nucleótido (SNP) de todo el genoma. Nature Genetics, 11 de agosto de 2013.

[viii] El cerebro del bebé comienza ahora: desde la concepción hasta los 3 años. Recuperado de http://www.urbanchildinstitute.org/why-0-3/baby-and-brain

[ix] Casey, BJ, Jones, RM y Hare, TA (2008). El cerebro adolescente. Anales de la Academia de Ciencias de Nueva York, 1124(1), 111-126.

[incógnita] Paus, T., Keshavan, M. y Giedd, J.N. (2008). ¿Por qué surgen muchos trastornos psiquiátricos durante la adolescencia? Nature Reviews Neuroscience, 9(12), 947-957.

[xi] http://www.nimh.nih.gov/health/publications/the-teen-brain-still-under-construction/index.shtml?utm_source=LifeSiteNews.com+Daily+Newsletter&utm_campaign=2c0fa9560b-LifeSiteNews_com_Intl_Full_Text_12_18_2012