Las mentes jóvenes están llenas de pasión e ideas poderosas. Los adultos pueden ayudar a los jóvenes no solo a generar cambios, sino también a apropiarse de ellos. Aquí te mostramos cómo ser mentor con respeto, no con control.
Empieza con la confianza
La confianza es la base de una tutoría significativa, y es trabajo del adulto ayudar a los jóvenes a sentirse seguros y apoyados.
- Preséntese con constancia. La confiabilidad importa.
- Construye relaciones antes de ofrecer consejos. Conoce de verdad a los jóvenes con los que trabajas y valora su singularidad.
- Cumpla con las pequeñas peticiones, sin promesas incumplidas.
- Predica con el ejemplo y modela los comportamientos que fomentas.
- Escuche más de lo que habla y crea lo que le dicen los jóvenes.
Deja que sus intereses guíen
El mayor impacto se produce cuando Los jóvenes co-crean prioridades En lugar de conformarse con las agendas de los adultos.
- Pregunte: “¿Qué te importa?”
- Apoya las causas ellos nombre, no los que elegirías para ellos.
- Si tienen problemas para articular sus intereses, observe activamente lo que parece ser importante para ellos y explore los temas con curiosidad.
- Valida incluso cuando sus prioridades sean diferentes a las tuyas.
Apoyo sin dirección
Las asociaciones entre jóvenes y adultos prosperan cuando los adultos ofrecen herramientas, no directivas.
- Sea un “guía complementario”, no la estrella del espectáculo.
- Pregunte antes de intervenir: “¿Quieres ayuda para resolver problemas o simplemente alguien que te escuche?”
- Ofrece herramientas y conocimiento. Tus ideas son opciones, no mandatos ni soluciones.
- Deja espacio para los errores y ayúdalos a ser vistos como oportunidades de aprendizaje.
- Ayude a los jóvenes a prepararse para los momentos de incertidumbre para que puedan manejarlos con confianza y no sentirse incompetentes.
- Incorpore la reflexión al proceso, no sólo al final.
- Elogie sus ideas, no se detenga en las imperfecciones.
Sea un cocreador, no un controlador
Asociaciones de investigación entre jóvenes y adultos Refuerzan que los jóvenes que codiseñan iniciativas reportan un mayor desarrollo de habilidades y empoderamiento. Los adultos deben ofrecer poder compartido, no roles simbólicos.
- Invitar a los jóvenes a los espacios de toma de decisiones como iguales.
- Incluir a los jóvenes en el diseño de las reuniones y la definición de la agenda. Ofrecer la oportunidad de cofacilitarlos.
- Permítales ayudar a diseñar, implementar y evaluar proyectos.
- Incorpore la retroalimentación de los jóvenes a cambios reales. La verdadera participación significa verdadero poder.
Hacer accesible el trabajo
- Pregúntate: “¿Qué podría interponerse en tu camino?”
- Romper barreras ofreciendo transporte, comida, estipendios, traducción, etc. cuando sea posible.
- Explicar claramente los sistemas desconocidos (por ejemplo, políticas, reuniones públicas).
- Ayuda con la preparación y el informe final. No asumas conocimientos previos.
Apoyar a la persona en su totalidad
Los jóvenes con los que trabajas son defensores, pero también estudiantes, deportistas, hermanos, cuidadores y más. Es importante recordar que son personas integrales con emociones profundas que aún están desarrollando su autonomía y confianza.
- Verifique cómo lo están haciendo, no sólo qué están haciendo.
- Con demasiada frecuencia, nos centramos en los resultados. No olvides celebrar los pequeños logros a lo largo del proceso.
- Sea un modelo de descanso y bienestar tomándose tiempo para descansar, reflexionar y divertirse.
