El trastorno de pánico se caracteriza por episodios inesperados y repetidos de miedo intenso, acompañados de síntomas físicos que pueden incluir dolor en el pecho, palpitaciones, dificultad para respirar, mareos o malestar abdominal. Estas sensaciones suelen simular los síntomas de un infarto u otras afecciones médicas potencialmente mortales. Por ello, el diagnóstico de trastorno de pánico no suele realizarse hasta que procedimientos médicos extensos y costosos no logran un diagnóstico o alivio correctos.
Muchas personas con trastorno de pánico desarrollan ansiedad intensa entre episodios, preocupándose por cuándo y dónde ocurrirá el siguiente. Afortunadamente, se han desarrollado tratamientos eficaces para ayudar a las personas con trastorno de pánico.
Causas
Se cree que la herencia, otros factores biológicos, eventos vitales estresantes y un modo de pensar que exagera reacciones corporales relativamente normales influyen en la aparición del trastorno de pánico. Algunas investigaciones sugieren que los ataques de pánico ocurren cuando se activa un "mecanismo de alarma de asfixia" en el cerebro, que informa falsamente de una muerte inminente. Se desconocen las causas exactas del trastorno de pánico y son objeto de una intensa investigación científica.
Síntomas físicos
Las personas con trastorno de pánico también pueden padecer síndrome del intestino irritable, que se caracteriza por episodios intermitentes de calambres gastrointestinales, diarrea o estreñimiento, o un problema cardíaco relativamente leve llamado prolapso de la válvula mitral, que puede desencadenar ataques de pánico en algunas personas. De hecho, el trastorno de pánico suele coexistir con problemas médicos inexplicables, como dolor en el pecho no asociado con un infarto o fatiga crónica.
Trastornos coexistentes
- Depresión: Aproximadamente la mitad de los pacientes con trastorno de pánico experimentarán un episodio de depresión clínica en algún momento de su vida. La depresión mayor se caracteriza por tristeza persistente o sentimientos de vacío, desesperanza y otros síntomas. Es más, aproximadamente el 20% de las personas con trastorno de pánico intentan suicidarse.
- Abuso de sustancias: Aproximadamente el 301% de las personas con trastorno de pánico consumen alcohol y el 171% abusan de drogas, como la cocaína y la marihuana, en intentos infructuosos por aliviar la angustia que les causa su condición. El diagnóstico y el tratamiento adecuados de otros trastornos, como el abuso de sustancias o la depresión, son fundamentales para tratar con éxito el trastorno de pánico.
- Fobias simples y agorafobia: Las personas con trastorno de pánico suelen desarrollar miedos irracionales a eventos o situaciones específicas que asocian con la posibilidad de sufrir un ataque de pánico. El miedo a las alturas y el miedo a cruzar puentes son ejemplos de fobias simples. A medida que aumenta la frecuencia de los ataques de pánico, la persona suele empezar a evitar situaciones en las que teme que pueda ocurrir otro ataque o lugares donde no pueda obtener ayuda de inmediato. Esta evitación puede eventualmente convertirse en agorafobia, una incapacidad para ir más allá de entornos conocidos y seguros debido al miedo y la ansiedad intensos. Generalmente, estos miedos pueden resolverse mediante la exposición repetida a las situaciones temidas, mientras se practican técnicas específicas para volverse menos sensible a ellas.
- Fobia social: La fobia social es un temor persistente a situaciones en las que la persona se expone al posible escrutinio de los demás, y teme actuar de forma vergonzosa o humillante. La fobia social puede tratarse eficazmente con terapia, medicamentos o ambos.
- Trastorno obsesivo-compulsivo (TOC): En el TOC, la persona queda atrapada en un patrón de pensamientos y comportamientos repetitivos, sin sentido y angustiantes, pero extremadamente difíciles de superar. Rituales como contar, lavarse las manos prolongadamente y verificar constantemente si hay peligro pueden ocupar gran parte del tiempo de la persona e interferir con otras actividades. Al igual que el trastorno de pánico, el TOC puede tratarse eficazmente con medicamentos o psicoterapia.
Tratos
El tratamiento para el trastorno de pánico incluye medicación, psicoterapia o una combinación de ambas. La terapia cognitivo-conductual, un tipo de psicoterapia, enseña a las personas a ver los ataques de pánico de forma diferente y muestra maneras de reducir la ansiedad. Un tratamiento adecuado por parte de un profesional experimentado puede reducir o prevenir los ataques de pánico en el 70 al 90% de las personas con trastorno de pánico. La mayoría de los pacientes muestran una mejora significativa tras unas semanas de terapia. Pueden producirse recaídas, pero a menudo se pueden tratar eficazmente, al igual que el episodio inicial.
De nuestros socios
Obtenga información adicional sobre Trastorno de pánico en Psych Central.
Otros recursos
Línea de vida 988
988
988lifeline.org
Asociación Estadounidense de Ansiedad y Depresión
240-485-1001
www.adaa.org
Libertad del miedo
718-351-1717
www.freedomfromfear.org/
Instituto Nacional de Salud Mental
866-615-6464
www.nimh.nih.gov
Asociación Nacional de Trabajadores Sociales
https://www.helpstartshere.org/?page_id=3677
