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Julio, de 5 años, no quiere ir a la escuela. Se aferra a su madre y llora desconsoladamente cuando ella se va.
Jamal, de 8 años, tiene dificultades para prestar atención en clase. Su letra es mala y no puede quedarse quieto. Incluso se metió en problemas en el autobús por saltar. Le cuesta mantener a sus amigos porque no logra concentrarse en los juegos.
Amber, de 15 años, solía ser una estudiante sobresaliente. Ahora saca excelentes calificaciones. Ya no sale con sus amigos y, en cambio, pasa mucho tiempo sola en su habitación. Tiene dificultades con cosas que antes eran fáciles y, a veces, parece deprimida.
¿Es solo una fase? ¿O deberías analizarlo más detenidamente?
Jamal, Julio y Amber podrían estar pasando por algo más que una simple fase. Todos los niños tienen problemas para quedarse quietos, prestar atención o interactuar con los demás de vez en cuando. Pero cuando estos problemas persisten durante más de dos semanas e interfieren con las amistades, la escuela, el hogar o la vida, quizás sea hora de analizarlos más detenidamente.
Jamal, Julio y Amber podrían presentar síntomas de problemas de salud mental que afectan a los niños. Por ejemplo, podrían presentar síntomas de depresión clínica, trastorno de atención e hiperactividad (TAH) o un trastorno de ansiedad, el trastorno de salud mental más común en niños.
Mira más de cerca
Mental Health America (MHA) busca concienciar sobre la realidad, la frecuencia y el tratamiento de las enfermedades mentales infantiles. MHA trabaja en todo el país para garantizar que la salud mental infantil sea reconocida como esencial para su salud y bienestar general.
La salud mental es esencial para la salud general
Si sospecha que su hijo tiene asma, debe llevarlo a un médico.
Si las calificaciones de su hijo bajaron debido a una mala visión, usted le compraría un par de anteojos.
Si su hijo se rompiera un hueso, lo llevaría al hospital.
Si sospecha que su hijo puede tener un problema de salud mental, debe llevarlo a un médico o un profesional de salud mental.
Al igual que los problemas de salud física, los niños también pueden sufrir problemas de salud mental: ambos son reales, comunes, tratables y deben tomarse en serio.
Los problemas de salud mental no son motivo de vergüenza. Hasta uno de cada cinco niños y adolescentes puede tener un problema de salud mental que puede identificarse y tratarse. Uno de cada diez puede tener un problema tan grave que interfiere con su capacidad para desenvolverse en la escuela, el hogar y el juego.
El diagnóstico y el tratamiento tempranos pueden ayudar a los niños a alcanzar su máximo potencial. Se debe desarrollar un plan de tratamiento integral con la familia y el niño involucrados en la toma de decisiones.
Señales de advertencia
Si su hijo parece tener dificultades con cualquier combinación de estos signos de advertencia durante más de dos semanas, hable con él y luego con su médico o con un profesional de salud mental.
- Parece o luce muy triste, desesperanzado o irritable.
- Se queda atrás en la escuela o obtiene calificaciones más bajas
- Se siente demasiado ansioso o preocupado.
- Parece asustado y temeroso.
- Tiene pesadillas frecuentes
- Pierde interés en amigos o cosas que habitualmente disfrutaba.
- Está excesivamente enojado
- No puede realizar actividades comunes de otros niños de su edad.
- Evita a la gente; quiere estar solo todo el tiempo.
- Habla sobre el suicidio o la muerte.
- No puedo prestar atención ni quedarme quieto
- Necesita lavarse, limpiar cosas o realizar ciertos rituales muchas veces al día.
- Lastima a otros niños o animales
- Actúa o daña la propiedad
- Tiene cambios importantes en los hábitos alimentarios o de sueño.
- A menudo grita o vocifera a la gente.
- Consume alcohol o drogas
- Tiene problemas frecuentes con el uso del baño.
- Se moja la cama porque ya está entrenado para ir al baño.
Obtener ayuda
Si se ignoran, los problemas de salud mental pueden acarrear mayores problemas para su hijo. Intervenir a tiempo puede prevenir complicaciones y problemas adicionales.
Los problemas de salud mental infantil son reales, comunes y tratables. Un pediatra o un profesional de la salud mental puede ayudar a evaluar las necesidades del niño y recomendar las medidas que le ayudarán a alcanzar su máximo potencial.
Es importante buscar ayuda. Hay tratamiento disponible. Hable con el médico de su hijo o con un profesional de la salud mental.