En tiempos de mayor ansiedad por conflictos que requieren despliegue militar, nuestros niños también experimentan miedo y ansiedad. Ven noticias y escuchan a su alrededor hablar sobre los acontecimientos actuales y las amenazas terroristas. Pero, a diferencia de los adultos, los niños tienen poca experiencia que les ayude a poner toda esta información en perspectiva.
Independientemente de su edad o relación con los adultos que participan en una operación militar, los niños necesitan poder expresar sus sentimientos y preocupaciones sobre la guerra. Como adultos, es nuestra responsabilidad animarlos a hablar, escucharlos y responder a sus preguntas.
Cosas que debemos recordar con todos los niños:
- Reconozca las preocupaciones e incertidumbres de los niños sobre el despliegue militar o la guerra. Asegúreles que sus sentimientos son normales.
- Las reacciones de los niños ante el despliegue y los acontecimientos actuales pueden estar muy influenciadas por las suyas. Sus reacciones son clave para ayudarles a decidir si el mundo es un lugar seguro o aterrador.
- Los niños necesitan consuelo y que les aseguren frecuentemente que están seguros: asegúrese de dárselo.
- Proporcionar actividades para los niños que les ayuden a explorar sus sentimientos, como debates en clase, juegos informales, proyectos de servicio comunitario y proyectos de escritura, música, arte o teatro.
- Mantenga las rutinas familiares y mantenga abiertas las líneas de comunicación.
- Cree un plan familiar a seguir en caso de emergencia.
A continuación se ofrecen algunos consejos más sobre cómo ayudar a los niños de todas las edades a abordar el tema de la guerra:
Niños en edad escolar primaria
- Espere preguntas de este grupo de edad. Intente responderlas con un lenguaje sencillo y claro. Use un mapa o globo terráqueo para ilustrar la distancia a la que se encuentra su familiar desplegado o el conflicto. Explique también que la policía y muchos otros están trabajando arduamente para mantenernos seguros aquí en casa.
- Si un niño está preocupado por un familiar, como uno de sus padres, que presta servicio en el extranjero, no le diga que no se preocupe. Explíquele que a mucha gente también le preocupa la seguridad de su madre o su padre, y que han practicado mucho su trabajo para este momento.
- Sea honesto. Las falsas promesas no ayudan a este grupo de edad. No diga: "Nadie saldrá lastimado". Los niños saben que no es cierto. En lugar de eso, diga: "Siempre estaré aquí para protegerte" o "Los adultos se están esforzando mucho para que todo sea seguro".
- Vigila lo que ven en televisión. Limita la cobertura bélica que ven. Programa una actividad alternativa durante el horario de noticias sin llamar la atención sobre tu verdadera preocupación. Un paseo por la manzana, la tarea, una buena película o una cena divertida no necesariamente harán que los niños se sientan restringidos.
- No tengas miedo de decir "No lo sé". Parte de mantener un diálogo abierto con tus hijos es no tener miedo de decir que no tienes todas las respuestas. Cuando no las tengas, explícales que los conflictos militares o el terrorismo son muy complejos y que ocurren cosas que ni siquiera los adultos comprenden.
Jóvenes en edad de escuela secundaria y preparatoria
- Planifique un tiempo compartido frente a un noticiero nacional confiable. Dado que el tema probablemente se tratará en la escuela, su hijo adolescente podría estar más dispuesto a hablar al llegar a casa de lo que imagina. Esta es una buena oportunidad para conversar.
- Hablar de la historia relevante con este grupo de edad puede ayudar a poner las cosas en contexto.
- Anima a los adolescentes a que hablen abiertamente sobre lo que han escuchado. Aprovecha la oportunidad para corregir cualquier información errónea que hayan recibido.
- Este grupo de edad puede hacer preguntas muy técnicas o incluso espeluznantes que te parezcan disparatadas. Toma cada pregunta en serio y haz lo mejor que puedas para responderla.
- Anímalos a definir sus propias posturas sobre los temas, incluso si difieren de las tuyas. Esta es una edad en la que los jóvenes desarrollan su ética y moral personal, un proceso que puedes apoyar con debates abiertos.
- Creen un plan familiar para seguir en caso de emergencia. Asegúrese de que cada miembro de la familia tenga los números de teléfono/celular de todos y sepa dónde reunirse. Esto hará que los adolescentes se sientan más seguros y podría ayudar a reducir el pánico si ocurre una emergencia.