El Gobierno Federal y muchos estados han tomado medidas importantes para flexibilizar las regulaciones y eliminar las barreras debido a la emergencia de la COVID-19. Pero aún queda mucho por hacer.

Los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid (CMS) han ampliado el uso de la telesalud para Medicare y Medicaid en lo que respecta a interacciones no relacionadas con procedimientos. Esto significa que las consultas e incluso la terapia de salud mental pueden realizarse virtualmente.

Cada día se eliminan más barreras, como la de tener que haber tenido una relación previa por telesalud. También se ha suprimido la prohibición de recetar medicamentos programados a través de telesalud.

También se están flexibilizando las barreras para hospitales y proveedores. Entre ellas, se incluye la posibilidad de que los estados soliciten exenciones de emergencia 1135. Esto incluye permitir que los proveedores ejerzan su profesión en otros estados, eximir de la autorización previa para las pruebas y el tratamiento de la COVID-19 y facilitar que los proveedores se conviertan en profesionales aprobados por Medicaid.

Es necesario hacer más para facilitar no sólo la transición de los servicios hospitalarios a los entornos de rehabilitación, sino también para agilizar, siempre que sea posible, la atención domiciliaria.

Entre las medidas que aún no se han tomado, pero para las que existe un precedente, como se hizo durante el huracán Katrina e inmediatamente después del 11-S, se incluye permitir que los estados amplíen y agilicen la elegibilidad para Medicaid. Es previsible que muchos de los que ahora cuentan con cobertura médica proporcionada por su empleador la pierdan junto con sus empleos, lo que hace que la elegibilidad para Medicaid sea más importante.

Existen otros asuntos importantes que requieren una fuerte defensa. Estos incluyen la exención de los costos compartidos para el tratamiento de la COVID-19 y la facturación inesperada por servicios fuera de la red y hospitalarios. No se puede esperar que una persona con COVID-19 presunta, y mucho menos confirmada, tenga que acudir a un centro independiente para radiografías o análisis de sangre.

Ampliar las prestaciones de atención sanitaria de estas maneras no solo reducirá la transmisión de la COVID-19 y permitirá que las personas busquen tratamiento cuando lo necesiten, sino que también ayudará a que las personas estén un poco más tranquilas, lo que apoyará la salud mental de todos.