Las palabras de la Reina Ramonda en la premiada película Wakanda para siempre resonó a través de las paredes del teatro mientras muchos de nosotros en la audiencia imaginábamos nuestras propias pérdidas: "¿No lo he dado todo?" grita entre lágrimas y enfurecidas profundidades de impotencia.
La supremacía blanca y todas sus malvadas derivaciones, arraigadas en el racismo sistémico, roban, abusan y asesinan constantemente los tesoros de la comunidad negra y siempre reclaman más. La vigilancia policial peligrosa, los sistemas de salud injustos y los insidiosos mecanismos políticos de opresión se encuentran entre los principales culpables. Como se retrata bellamente en la película, y como muchos de nosotros hemos experimentado en nuestras propias vidas, a pesar de enfrentar un torbellino de emociones y ser llevados al límite de nuestra capacidad emocional una y otra vez, nuestra comunidad es resiliente. Y la alegría prevalece cuando podemos crear un espacio para honrar nuestra historia, combatir las injusticias presentes e imaginar un futuro brillante.
Amplificar la alegría negra, los sueños negros y todas las luces brillantes de nuestra resiliencia envía un mensaje claro de que la historia no terminará con nuestros traumas, no seremos silenciados ni aislados, y el racismo sistémico no tendrá la última palabra.
Centrar el descanso, los sueños y la alegría en medio de la brutalidad e injusticia flagrantes que sufren las comunidades negras puede parecer una tarea imposible. Como mujer negra, defensora y terapeuta, les recuerdo a cada una de nosotras que acoger nuestros espacios sagrados de alegría y sueños no solo es importante, sino vital. El racismo sistémico intenta alejarnos de factores protectores como el descanso y la alegría, pero hoy dejamos atrás este desgastado vehículo de opresión.
Quizás te preguntes: "¿Cómo priorizar mi alegría?" o "¿Con qué tiempo puedo descansar?". Estas son preguntas muy íntimas, y para ser claros, la persona más importante a la que puedes preguntarte es a ti mismo. Sin embargo, aquí tienes algunas ideas para empezar:
- Canta y baila cuando tengas ganas, incluso si el escenario es una ducha empañada.
- Pasa tiempo en la naturaleza y siente la brisa y el sol en tu piel.
- Tu espacio de alegría y de ensueño podría ser pasar más tiempo con una comunidad o redes de apoyo. La familia (elegida o biológica), los amigos, las iglesias, los clubes sociales y otras experiencias comunitarias pueden recordarnos cuánto nos aman y enriquecer nuestra imaginación al aumentar nuestra sensación de seguridad y pertenencia.
- Consulte nuestro centro de recursos de salud mental para personas negras. Mes de la Historia Negra.
Estas estrategias de autocuidado tienen orígenes en prácticas ancestrales y, cuando se realizan con intención, pueden liberar nuestro mundo interior incluso mientras navegamos por los peligros del mundo exterior.
Niya McCray-Brown es la gerente de participación comunitaria en Mental Health America. También es consejera profesional con licencia y defensora de la salud mental, especialmente para personas de la mayoría global.
