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Como adulto, es probable que tenga una visión del mundo virtual diferente a la de otras personas unos años más jóvenes, y los preadolescentes de hoy y los más jóvenes están creciendo en una época en la que los espacios en línea son tan frecuentes como los físicos. Tanto si tienen 20 años o más de 65, la mayoría de los adultos necesitan ponerse al día para entender cómo es la vida cotidiana de los más jóvenes.
El universo virtual no es más que eso: mundos enteros de plataformas. Dedicar tiempo a entender cómo es ese mundo es crucial para apoyar a los jóvenes.
Cuando pensamos en los jóvenes y la tecnología, la mayoría de la gente habla de las redes sociales, y con razón. Hasta el 95% de los adolescentes de 13 a 17 años y 40% de los niños de 8 a 12 años afirman utilizar una plataforma de redes sociales, una experiencia que muchos adultos nunca tuvieron en su juventud. Entre las plataformas más populares entre los niños y adolescentes actuales se encuentran TikTok, lnstagram, YouTube y muchas más (obtenga más información en nuestro Hoja de trucos para las redes sociales).
Las redes sociales tienen a veces una reputación negativa, pero muchos jóvenes se benefician con su uso para expresarse y conectarse con los demás. Sin embargo, surgen preocupaciones porque las redes sociales están diseñadas para crear adicción. Proporcionan gratificación instantánea y constantes descargas de dopamina, la sustancia química del cerebro que "hace sentir bien." Independientemente de cómo se sienta un joven, la amplia gama de contenidos de las redes sociales puede parecer satisfacer sus necesidades, aunque eso puede significar navegar sin cesar para adormecer sus emociones.
Las redes sociales están pensadas para ser sociales. La mayoría del contenido incluye secciones de comentarios interactivos, y algunas plataformas -como Discord, Reddit y Snapchat- están diseñadas solo para chatear. Los adolescentes son más propensos a declarar experiencias positivas que negativas por el uso de las redes sociales, principalmente por la sensación de conexión que pueden proporcionar. Aunque los jóvenes suelen hablar por Internet con sus amigos, la comunicación virtual conlleva riesgos. El ciberacoso, los contenidos explícitos (desnudos), la extorsión y los depredadores en línea son amenazas muy reales.
El juego es todo un mundo dentro del universo virtual. Como la mayoría de las cosas, es poco probable que el juego sea un problema si se hace con moderación. De hecho, el juego se ha relacionado con algunos efectos positivos como la mejora de la toma de decisiones y la capacidad de gestión del tiempo. Pero se vuelve excesivo cuando una persona siente que necesita jugar en lugar de querer hacerlo. Esto se ha asociado a muchos problemas de salud mental, como insomnio, baja autoestima, ansiedad, agresividad y soledad. El juego frecuente también puede ser un mecanismo de afrontamiento o una respuesta a síntomas de depresión o TDAH.
Internet es infinito y no solo te muestra lo que buscas, a quién sigues o a quién te suscribes. Los jóvenes ven todo tipo de contenido en línea a diario.
El contenido que los usuarios de las redes sociales ven en sus medios sociales está controlado por un algoritmo, que es un conjunto de reglas sobre cómo se comportan los datos. Las empresas analizan la información, las preferencias y los comportamientos de los usuarios para ofrecerles contenidos personalizados y mantenerlos en la plataforma. Los algoritmos son la razón por la que generalmente vemos contenidos que nos interesan. Pero también pueden utilizarse para atacar a personas vulnerables, promoviendo contenido a favor del suicidio, la autolesión o los trastornos alimentarios.
Debido a que los algoritmos están diseñados para mantener a las personas interesadas, se alimentan adicción a Internet. No podemos proteger a los jóvenes de todo lo que pueda hacerles daño, y en Internet no es diferente. En lugar de eso, podemos educarlos, enseñarles y modelarles hábitos saludables, y prepararlos para las situaciones peligrosas en las que podrían encontrarse.
Aunque la conectividad es una de las ventajas de las redes sociales, los jóvenes pueden tener dificultades para ver constantemente lo que publican sus pares. Ya sea leyendo publicaciones sobre amigos que han conseguido entrar en las universidades de su elección, juzgando sus cuerpos en función de sus influencers favoritos o viendo fotos de las vacaciones familiares aparentemente perfectas de alguien, compararse a sí mismos y a sus vidas con las de los demás puede provocar insatisfacción, depresión y ansiedad. Además, es frecuente el "miedo a perderse algo" (FOMO, por sus siglas en inglés): ver que los amigos se reúnen sin ellos puede ser doloroso. Las redes sociales y la comparación social con los pares también pueden ser factores del actual aumento de la insatisfacción corporal y la baja autoestima entre los adolescentes.
Hay muchos contenidos alentadores y útiles en Internet. El humor es útil para la salud mental, y los jóvenes buscan contenidos cómicos más que cualquier otro tema en todas las plataformas. Un simple video de YouTube puede ayudar a alguien a sentirse comprendido y a que los demás se sientan identificados con él, y los vídeos de TikTok pueden ser una forma fácil de reírse rápidamente. Con moderación, pasar algo de tiempo en Internet puede mejorar su salud mental.
Los dispositivos y las pantallas exponen a los jóvenes a contenidos más violentos e inapropiados que nunca. Esto no solo ocurre si lo buscan, y se sabe que los algoritmos de las redes sociales envían contenidos inadecuados. Pueden incluir violencia gráfica, pornografía, retos peligrosos, consejos para restringir la alimentación, videos sobre cómo autolesionarse, retos suicidas, etc. El universo en línea también crea más vías para que se produzcan el ciberacoso y la sextorsión.
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