Es fácil para los padres identificar las necesidades físicas de sus hijos: alimentos nutritivos, ropa abrigada cuando hace frío, dormir a una hora razonable. Sin embargo, las necesidades mentales y emocionales de un niño pueden no ser tan evidentes. Una buena salud mental permite a los niños pensar con claridad, desarrollarse socialmente y aprender nuevas habilidades. Además, los buenos amigos y las palabras de aliento de los adultos son importantes para ayudar a los niños a desarrollar la confianza en sí mismos, una alta autoestima y una actitud emocional saludable ante la vida.

La salud física y mental de un niño son importantes.

Conceptos básicos para la buena salud física de un niño:

  • Comida nutritiva
  • Refugio y sueño adecuados
  • Ejercicio
  • Vacunas
  • Entorno de vida saludable


Conceptos básicos para la buena salud mental de un niño:

  • Amor incondicional de la familia
  • Autoconfianza y alta autoestima
  • La oportunidad de jugar con otros niños.
  • Profesores alentadores y cuidadores comprensivos
  • Un entorno seguro y protegido
  • Orientación y disciplina adecuadas


Dar a los niños amor incondicional.

El amor, la seguridad y la aceptación deben ser la base de la vida familiar. Los niños necesitan saber que su amor no depende de sus logros.

Los errores y las derrotas deben esperarse y aceptarse. La confianza crece en un hogar lleno de amor y afecto incondicionales.


Fomentar la confianza y la autoestima de los niños.

  • Alabadlos Fomentar los primeros pasos de los niños o su capacidad para aprender un juego nuevo les ayuda a desarrollar el deseo de explorar y aprender sobre su entorno. Permita que los niños exploren y jueguen en un lugar seguro donde no puedan lastimarse. Tranquilícelos sonriéndoles y hablándoles con frecuencia. Participe activamente en sus actividades. Su atención contribuye a fortalecer su confianza y autoestima.
  • Establezca metas realistas Los niños pequeños necesitan metas realistas que se ajusten a sus ambiciones y capacidades. Con tu ayuda, los niños mayores pueden elegir actividades que pongan a prueba sus habilidades y aumenten su confianza en sí mismos.
  • Sea honesto No les ocultes tus fracasos a tus hijos. Es importante que sepan que todos cometemos errores. Puede ser muy reconfortante saber que los adultos no somos perfectos.
  • Evite los comentarios sarcásticos Si un niño pierde un partido o reprueba un examen, averigüe cómo se siente al respecto. Puede que se desanime y necesite una charla motivadora. Más adelante, cuando esté listo, háblele y ofrézcale consuelo.
  • Animar a los niños No solo esforzarse por dar lo mejor de sí mismos, sino también disfrutar del proceso. Probar nuevas actividades les enseña a los niños sobre trabajo en equipo, autoestima y nuevas habilidades.

¡Dedica tiempo a jugar!

Anime a los niños a jugar

Para los niños, jugar es simplemente diversión. Sin embargo, el tiempo de juego es tan importante para su desarrollo como la alimentación y un buen cuidado. El juego les ayuda a ser creativos, a aprender habilidades para resolver problemas y a desarrollar autocontrol. El juego sano y vigoroso, que incluye correr y gritar, no solo es divertido, sino que también contribuye a su salud física y mental.


Los niños necesitan compañeros de juego

A veces es importante que los niños pasen tiempo con sus compañeros. Al jugar con otros, descubren sus fortalezas y debilidades, desarrollan un sentido de pertenencia y aprenden a llevarse bien con los demás. Considere encontrar un buen programa infantil a través de sus vecinos, centros comunitarios locales, escuelas o el departamento de parques y recreación de su localidad.


Los padres pueden ser grandes compañeros de juegos

¡Únete a la diversión! Jugar al Monopoly o colorear con un niño te da la oportunidad perfecta para compartir ideas y pasar tiempo juntos en un ambiente relajado.


Jugar por diversión

Ganar no es tan importante como participar y disfrutar de la actividad. Una de las preguntas más importantes para los niños es "¿Te divertiste?", no "¿Ganaste?".

En nuestra sociedad centrada en objetivos, a menudo solo reconocemos el éxito y las victorias. Esta actitud puede ser desalentadora y frustrante para los niños que están aprendiendo y experimentando con nuevas actividades. Es más importante que los niños participen y disfruten.


El uso de la televisión debe ser monitoreado

Procura no usar la televisión como "niñera" con frecuencia. Sé selectivo al elegir programas de televisión para niños. Algunos programas pueden ser educativos y entretenidos.


¡La escuela debería ser divertida!

El comienzo de la escuela es un gran acontecimiento para los niños. Jugar a la escuela puede ser una forma positiva de darles una idea de la vida escolar.

Intente inscribirlos en un preescolar, Head Start o un programa comunitario similar que les brinde la oportunidad de estar con otros niños y hacer nuevos amigos. Los niños también pueden aprender fundamentos académicos, así como a tomar decisiones y afrontar problemas.


Proporcionar orientación adecuada y disciplina instructiva.

Los niños necesitan la oportunidad de explorar y desarrollar nuevas habilidades e independencia. Al mismo tiempo, necesitan aprender que ciertos comportamientos son inaceptables y que son responsables de las consecuencias de sus actos.

Como miembros de una familia, los niños necesitan aprender las reglas de la unidad familiar. Ofrézcales orientación y disciplina justas y consistentes. Llevarán estas habilidades sociales y normas de conducta a la escuela y, con el tiempo, al trabajo.


Sugerencias sobre orientación y disciplina

  • Sé firme, pero amable y realista con tus expectativas. El desarrollo de los niños depende de tu amor y aliento.
  • Da un buen ejemplo. No puedes esperar autocontrol y autodisciplina de un niño si no practicas este comportamiento.


Critique el comportamiento, no al niño.
Es mejor decir: “Hiciste algo malo” en lugar de: “Eres un chico o una chica mala”.


Evite los regaños, las amenazas y los sobornos.
Los niños aprenderán a ignorar los regaños, y las amenazas y los sobornos rara vez son efectivos.

Dé a los niños las razones “por qué” los está disciplinando y cuáles podrían ser las posibles consecuencias de sus acciones.


Habla de tus sentimientos.
Todos perdemos la paciencia de vez en cuando. Si te enojas, es importante hablar de lo sucedido y por qué estás enojado. ¡Discúlpate si te equivocaste!


Recuerde que el objetivo no es controlar al niño, sino que aprenda a autocontrolarse.


Proporcionar un hogar seguro y protegido.

Está bien que los niños sientan miedo a veces. Todos tenemos miedo de algo en algún momento de nuestra vida. El miedo y la ansiedad surgen de experiencias que no comprendemos.

Si sus hijos tienen miedos persistentes que afectan su comportamiento, el primer paso es descubrir qué les asusta. Sea cariñoso, paciente y tranquilizador, no crítico. Recuerde: el miedo puede ser muy real para el niño.

Señales de miedo

Los gestos nerviosos, la timidez, el retraimiento y la agresividad pueden ser signos de miedos infantiles. Un cambio en los patrones normales de alimentación y sueño también puede indicar un miedo malsano. Los niños que se hacen los enfermos o se sienten ansiosos con frecuencia pueden tener problemas que requieren atención.

El miedo a la escuela puede ocurrir después de un evento estresante como mudarse a un nuevo vecindario, cambiar de escuela o después de un mal incidente en la escuela.

Es posible que los niños no quieran ir a la escuela después de un período de estar en casa debido a una enfermedad.


Cuándo buscar ayuda

Los padres y familiares suelen ser los primeros en notar si un niño tiene problemas emocionales o de comportamiento. Sus observaciones, junto con las de los maestros y otros cuidadores, pueden llevarlo a buscar ayuda para su hijo. Si sospecha que hay un problema o tiene preguntas, consulte con su pediatra o contacte con un profesional de la salud mental.


Señales de advertencia

Los siguientes signos pueden indicar la necesidad de asistencia o evaluación profesional:

  • Disminución del rendimiento escolar
  • Malas notas a pesar de los grandes esfuerzos
  • Preocupación o ansiedad regular
  • Negativa reiterada a ir a la escuela o participar en las actividades infantiles normales
  • Hiperactividad o inquietud
  • Pesadillas persistentes
  • Desobediencia o agresión persistente
  • rabietas frecuentes
  • Depresión, tristeza o irritabilidad.


Obtenga más información sobre afecciones de salud mental específicas y niños.


Dónde buscar ayuda

Se puede obtener información y referencias sobre los tipos de servicios disponibles para niños de:

  • Organizaciones de salud mental, líneas directas y bibliotecas
  • Otros profesionales como el pediatra del niño o el consejero escolar.
  • Otras familias de la comunidad
  • Organizaciones de redes familiares
  • Atención psiquiátrica comunitaria
  • Equipos de extensión en situaciones de crisis
  • Servicios de educación o educación especial
  • Centros de recursos familiares y grupos de apoyo
  • Servicios de salud
  • Grupos y organizaciones de protección y defensa
  • Grupos de autoayuda y apoyo

Otros recursos

Academia Estadounidense de Psiquiatría del Niño y del Adolescente
www.aacap.org

Federación de Familias para la Salud Mental Infantil
Teléfono: 703-684-7710
www.ffcmh.org

Apoyo familiar en América
Teléfono: 312-338-0900

Asociación Nacional de Psicólogos Escolares
Teléfono 301-657-0270
www.naspweb.org

Fuentes

“Datos para las familias”, Academia Estadounidense de Psiquiatría Infantil y Adolescente
“Salud mental de niños y adolescentes”, Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE. UU.
Copyright 1997 revisado 2/00

Este folleto está protegido por derechos de autor. Se requiere autorización de Mental Health America para su reimpresión. 2/00