“Los padres pueden ayudar a sus hijos a adquirir un sentido de control personal hablando abiertamente sobre la violencia y la seguridad personal”.

 

Los actos de violencia en escuelas y otros espacios públicos han conmocionado al país. Los niños, en particular, pueden experimentar ansiedad, miedo y una sensación de riesgo personal. También pueden percibir ansiedad y tensión en quienes los rodean: amigos, familiares, seres queridos, cuidadores y otros adultos que influyen directamente en su bienestar.

Saber cómo hablar con su hijo sobre la violencia desempeñará un papel importante para aliviar los miedos y las ansiedades sobre su seguridad personal en estos tiempos difíciles, así como para ayudarlo a manejar las preocupaciones crecientes.

Para guiar a los padres a través de las conversaciones sobre el miedo y la violencia, Mental Health America ofrece las siguientes sugerencias:

  • Anime a los niños a hablar Hablar con niños sobre sus preocupaciones y expresar sus sentimientos. Algunos niños pueden dudar en iniciar este tipo de conversación, así que puedes animarlos preguntándoles si se sienten seguros en la escuela, en su barrio o en lugares públicos. Al hablar con niños más pequeños, recuerda hablar a su nivel. Por ejemplo, puede que no entiendan el término "violencia", pero pueden hablarte sobre el miedo que sienten hacia un compañero que los trata mal o sobre algo que escucharon en la televisión (o vieron en internet). Anímalos a expresar sus sentimientos hablando, dibujando o jugando.
  • Validar los sentimientos del niñoNo minimice las preocupaciones de un niño. Hágale saber que los actos de violencia graves no son tan comunes ni probables como parecen, a pesar de la atención mediática.
  • Habla honestamente sobre tus propios sentimientos. Con respecto a la violencia. Es importante que los niños reconozcan que no están lidiando con sus miedos solos. No tengan miedo de decir "No sé". Parte de mantener una conversación abierta es no tener miedo de decir que no saben cómo responder a la pregunta de un niño. Cuando surja una ocasión así, explíquenle a su hijo que los actos de violencia no siempre se pueden explicar y provocan sentimientos que incluso los adultos tienen dificultades para manejar. Moderen esto explicándoles que, aun así, los adultos siempre se esforzarán mucho para mantener a los niños seguros y a salvo.
  • Discuta los procedimientos de seguridad que se implementan en la escuela de su hijo, en su vecindario y en otros lugares públicos. Organice una presentación con McGruff, el perro policía, un miembro de la policía local o un capitán de vigilancia vecinal.
  • Crea planes de seguridad con tu hijoAyude a identificar con qué adultos (una secretaria amable, un vecino de confianza o un guardia de seguridad) puede hablar su hijo si se siente amenazado. Asegúrese también de que sepa cómo contactarlo a usted (o a otro familiar o amigo) en caso de crisis. Recuérdele que puede hablar con usted en cualquier momento que se sienta amenazado.
  • Reconozca el comportamiento que puede indicar que su hijo está preocupado por su seguridadLos niños pequeños pueden reaccionar a la violencia no queriendo ir a la escuela ni salir en público. Conductas como mojar la cama, chuparse el dedo, hablar como un bebé o el miedo a dormir solos pueden intensificarse en algunos niños pequeños o reaparecer en niños que ya las habían superado. Los adolescentes pueden minimizar sus preocupaciones externamente, pero pueden volverse discutidores, retraídos o permitir que su rendimiento escolar disminuya.
  • Empoderar a los niños Para que tomen medidas respecto a su seguridad. Anímelos a denunciar incidentes específicos (como acoso escolar, amenazas, conversaciones sobre suicidio o armas) y a desarrollar habilidades para la resolución de problemas y conflictos. Anime a los niños mayores a participar activamente en programas antiviolencia dirigidos por estudiantes.
  • Mantener el diálogo y hacer de la seguridad un tema común en las conversaciones familiares, en lugar de solo una respuesta a una crisis inmediata. El diálogo abierto animará a los niños a compartir sus preocupaciones.
  • Busque ayuda cuando sea necesarioSi le preocupa la reacción de un niño o tiene inquietudes constantes sobre su comportamiento o emociones, comuníquese con su pediatra o un profesional de salud mental en la escuela o en el centro de salud mental de su comunidad. Encuentre su centro local de salud mental. Afiliado de MHA aquí.

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