Tener una enfermedad mental no debería impedirte disfrutar de relaciones plenas de todo tipo, desde amistades cercanas hasta relaciones románticas e incluso el matrimonio. Las enfermedades mentales son bastante comunes. De hecho, muchas personas con problemas de salud mental mantienen relaciones amorosas y cariñosas que comparten su vida con sus parejas, a menudo criando familias con ellas. Las relaciones románticas pueden ser enriquecedoras, placenteras y significativas, pero gestionar los altibajos de estas relaciones también puede ser un gran desafío, especialmente para quienes padecen una enfermedad mental.

Ninguna relación, por muy amorosa que sea, está libre de problemas. Uno de los miembros de la pareja puede tener un historial crediticio bajo, lo que dificulta encontrar vivienda o alquilar un coche; el otro puede trabajar en el turno de noche, lo que dificulta programar eventos en horarios normales; y parejas que parecen llevarse a la perfección pueden tener desacuerdos por los detalles más insignificantes. A pesar de las dificultades que pueden surgir en una relación cuando uno o ambos miembros padecen una enfermedad mental, las relaciones pueden prosperar cuando ambos aprenden a comunicarse y a llegar a acuerdos.

Cada pareja aporta muchas cosas, tanto fortalezas como limitaciones, a sus relaciones. Vivir con una enfermedad mental puede ser un desafío particular para usted. Es prudente que se preocupe de antemano por cómo podría afectar a su pareja, pero es importante comprender que los momentos difíciles son parte de todas las relaciones. Las parejas que se cuidan mutuamente pueden crecer al afrontar las dificultades.

Si estás listo o no para empezar una relación depende en gran medida de ti. Si bien es cierto que muchas personas tienen prejuicios, un estudio de 2004 demostró que, si bien el 71% de las personas serían amigas de alguien con una enfermedad mental, solo el 12,8% estaría dispuesta a casarse.1 Sin embargo, mientras te cuides bien y estés dispuesto a apoyar a otra persona, tienes buenas posibilidades de encontrar una pareja amorosa y desarrollar una relación exitosa. Sin embargo, debes tener en cuenta que las relaciones son recíprocas y que tendrás que estar preparado para asumir la responsabilidad de tener una pareja en tu vida. Debes considerar sus necesidades emocionales, así como las tuyas. Cuanto más activo seas en el manejo de tu condición y el cuidado de tu salud, más fácil te resultará mantener una relación.

  1. Perrone, Kristin. “Actitudes respecto a las relaciones interpersonales con personas con enfermedades mentales y retraso mental”. The Journal of Rehabilitation. 1 de enero de 2004.

 

¿Cuándo debo hablar de mi enfermedad mental?

Saber cuándo hablar sobre tu enfermedad mental puede ser una decisión muy difícil, pero la elección siempre es tuya.

Algunas personas prefieren ser completamente sinceras sobre su enfermedad mental. Otras son más cautelosas. Si tienen una relación casual, quizás no quieran mencionarlo en la primera cita. Mucha gente espera que las primeras citas sean para charlas informales, y no se deben abordar temas personales delicados como religión, política, antecedentes familiares y enfermedades. Sin embargo, si llevan un tiempo saliendo y están empezando a tener una relación exclusiva o seria, o si están hablando de mudarse o casarse, definitivamente deberían hablar con su pareja sobre su enfermedad mental si aún no lo han hecho. Ocultar una enfermedad mental a una pareja romántica puede dañar su relación de manera irreparable. Si su enfermedad es pública, ustedes y su pareja pueden trabajar juntos para mejorar su vida.

¿Qué siente mi pareja?

La reacción de tu pareja ante tu enfermedad mental puede variar de un día para otro. A continuación, se presentan breves descripciones de algunos de los sentimientos que podría experimentar:

Confusión – Tu pareja podría pensar que los síntomas de tu enfermedad mental representan un cambio importante en su vida; es posible que le lleve algún tiempo darse cuenta de que tener una enfermedad mental no cambia quién eres.

Herir Tu pareja podría sentirse herida si has estado guardando un secreto o si tus comportamientos cuando no estás bien son perjudiciales. Puede sentirse traicionada o engañada. A veces, esto puede transmitirse como enojo.

Alivio – Si ha estado teniendo dificultades en su relación durante algún tiempo, peleando por cosas pequeñas o retirándose a su esquina, su pareja puede sentirse aliviada al escuchar que es un síntoma nuevo o cambiante de su enfermedad, no un problema suyo.

Tristeza – Tu pareja se preocupa por ti, por lo que puede estar triste al verte enferma.

Bríndale apoyo – Es posible que tu pareja sea increíblemente cariñosa y comprensiva.

Ignorancia Algunas personas aún no comprenden lo que significa tener una enfermedad mental. Es posible que te encuentres con personas que jamás creerán que tu cerebro pueda verse afectado.

¿Cómo puedo educar a mi pareja sobre mi enfermedad mental?

A menos que su pareja sea un profesional de la salud mental, probablemente sepa poco sobre enfermedades mentales, y lo que sabe podría basarse en suposiciones o estereotipos erróneos. Al educar a su pareja, podrá ayudarle a comprender mejor lo que está pasando y facilitarle el manejo de los síntomas y efectos de su enfermedad.

Habla con tu pareja sobre tu trastorno. Podría ser útil responder las siguientes preguntas:

  • ¿Cuáles son los síntomas del trastorno?
  • ¿Cuáles son algunos comportamientos comunes que exhiben las personas con este trastorno?
  • ¿Cuáles son los tratamientos para este trastorno?
  • ¿Cuáles son los efectos secundarios del tratamiento?

Piense en cómo su trastorno podría afectar a su pareja. Síntomas Algunas enfermedades mentales o comportamientos comunes asociados a ellas pueden afectar tus relaciones interpersonales. Si gastas todo tu sueldo en un día durante una fase maníaca, por ejemplo, podrías mentirle a tu pareja al respecto y generar problemas de confianza. Si te preocupa constantemente que tu pareja te abandone, podrías adoptar comportamientos dependientes para intentar validarte constantemente.

Habla con tu terapeuta o busca el apoyo de otras personas que hayan estado en relaciones y aprende a comprender tu enfermedad mental y cómo afecta tu relación. Aprende cómo tus reacciones a tus síntomas y tus comportamientos Puede afectar a otra persona. Puede ser útil tomar distancia cuando se siente bien y hacer una lista de todos los comportamientos que exhibe cuando no se siente bien y pensar en cómo se relacionan con su condición.

Cuando te sientes bien, es un momento especialmente bueno para hablar de tus reflexiones con tu pareja. Si sabes que aislarte del mundo es señal de depresión y eres propensa a aislarte, ayuda a tu pareja a entender por qué lo haces. Puede que asuma que no te gusta, cuando es todo lo contrario: te gusta demasiado y te preocupa desanimarlo.

Prepárate para ofrecer sugerencias constructivas a tu pareja y también para aceptarlas. Por ejemplo, tu pareja podría pensar que te ayuda a controlar un trastorno alimentario siguiéndote al baño después de comer, pero tú te sientes incómoda y violada. En lugar de eso, sugiérele que ambos den un paseo de 30 minutos después de cenar para evitar la tentación de vomitar. O podrías sentirte avergonzada por tu mal comportamiento cuando te sientes bien. Puede ser un tema delicado y difícil de escuchar sobre lo que dijiste o hiciste cuando estabas enferma. Aun así, tendrás que escuchar lo que dice.

Tu terapeuta o tus compañeros pueden ser una excelente fuente de estrategias de comunicación. También hay muchas personas como tú que hacen preguntas en internet.

Cuida a tu pareja

Cuidar a otra persona es motivador y gratificante, pero puede generar mucho estrés en la pareja, especialmente si se está muy enfermo durante largos periodos. Recuerde siempre que la colaboración es recíproca. Debe asegurarse de dedicar tiempo a reconocer a su pareja, ya que podría preocuparle que hablar de sus problemas le resulte agobiante si no se encuentra bien.

Mantente bien

Manténgase lo mejor posible: aliméntese bien, haga ejercicio con regularidad, mantenga una buena higiene y siga el tratamiento adecuado. Cuando tiene una pareja, no solo se mantiene bien por sí mismo, sino también por ella. Su pareja podría esperar que continúe con el tratamiento para poder seguir en la relación. También podría necesitar estar preparado para tomarse un tiempo separados.

Asesoramiento conjunto

Si tienes dificultades en tu relación, hay muchos terapeutas que ofrecen terapia de pareja. Algunas personas estarán encantadas de asistir a terapia familiar. Sin embargo, aunque tu pareja se sienta cómoda con tu tratamiento, podría mostrarse reacia o reticente a ir a terapia. Puedes encontrar terapia familiar y matrimonial en http://www.aamft.org/.

Si a tu terapeuta le parece bien, puedes invitar a tu pareja a una sesión de asesoramiento para que pueda comprender más.

Aunque tu pareja no te acompañe a terapia, siempre puedes hablar de tu relación con tu terapeuta. Tu terapeuta o consejero puede enseñarte técnicas de afrontamiento y comunicación, y ayudarte a comprender la situación por la que está pasando la otra persona.

Anime a su pareja a buscar apoyo

Existen numerosos grupos de apoyo para personas cuyos seres queridos padecen enfermedades mentales o adicciones. Un grupo de apoyo o una comunidad en línea con otros amigos y familiares puede ser un excelente lugar para que tu pareja hable con otras personas.

Violencia doméstica

No todas las relaciones son enriquecedoras y satisfactorias; algunas son violentas, dañinas y perjudiciales. Debes saber cómo reconocer si estás en una relación abusiva; encuentra las señales a las que prestar atención. aquíBusque ayuda de inmediato en la Línea Nacional de Atención sobre Violencia Doméstica al  1-800-799-7233 (Teletipo  1-800-787-3224) o visite el sitio web de la Línea Nacional de Atención sobre Violencia Doméstica en http://www.thehotline.org/Si su computadora o teléfono están siendo monitoreados, acceda a esta información desde un sitio seguro. Si su vida corre peligro inminente, llame al 911 de inmediato. Confíe en su instinto al tratar con una pareja abusiva; los abusadores suelen ser encantadores y parecen arrepentidos después de períodos de abuso.