Resumen
Mental Health America cree que nuestras leyes y regulaciones no deberían exigir una autorización independiente para compartir información de salud conductual. Creemos que las personas tienen derecho a controlar la divulgación y difusión de su información médica protegida (PHI), pero también creemos firmemente que las autorizaciones independientes obstaculizan la integración del tratamiento y perpetúan el estigma, sin que la persona tenga mayor control sobre su información.
Discusión
La Ley de Portabilidad y Responsabilidad del Seguro Médico (HIPAA) exige que una persona firme un formulario que autoriza a su proveedor de atención médica a divulgar su información médica a terceros, como otros proveedores o familiares. Para la información sobre el consumo de sustancias, una ley federal independiente, anterior a la HIPAA, exige que una persona firme un formulario especial (a veces denominado "superautorización") para permitir la divulgación simultánea de su información sobre el consumo de sustancias. La ley federal no especifica explícitamente que se requiera una autorización independiente para la información sobre salud mental, pero los proveedores suelen interpretar que la ley sobre el consumo de sustancias también incluye toda la demás información sobre salud conductual, o bien, la ley estatal puede exigirlo.
Las autorizaciones separadas complican la coordinación e integración del tratamiento, ya que no se puede tratar a una persona completa con solo la mitad de su historial médico. Cuando se requiere una autorización especial para la información de salud conductual, el proveedor que recibe un historial sin información de salud conductual no puede saber si la persona no tiene historiales de salud conductual, si se ha negado a compartirlos o si nunca se le solicitó. Esto, en el mejor de los casos, contribuye a la confusión y, en el peor, a una atención de baja calidad.
Las autorizaciones separadas también contribuyen al estigma. Cuando una persona inicia un tratamiento por consumo de sustancias y recibe un formulario de autorización especial, implica que debe tener cuidado con la divulgación y que podría estar haciendo algo que otros podrían percibir como negativo.
La postura de Mental Health America
En la Declaración de Posición 27, la MHA se opone a las autorizaciones por separado porque “no hay evidencia de que las formalidades adicionales realmente aumenten la privacidad, y estas protecciones especiales comprometen la integración de la atención”. La MHA recomienda derogar el requisito de autorización por separado para la información sobre abuso de sustancias (42 USC § 290dd-2) y aclarar que la ley federal no exige una autorización por separado para la información sobre salud conductual. La MHA también recomienda la derogación de las leyes estatales que exigen una autorización por separado para la información sobre salud conductual. Si bien el requisito de autorización por separado pudo haber sido necesario en el pasado para prevenir la discriminación, las protecciones de la HIPAA y la Ley de Estadounidenses con Discapacidades (ADA) lo han vuelto obsoleto desde hace mucho tiempo.
Con una sola autorización, las personas seguirán teniendo control total sobre su información médica. Seguirán decidiendo cuándo y a quién divulgar su propia PHI. Se promoverá la integración de la atención. La salud conductual se normalizará aún más y se reducirá el estigma que la rodea, a menudo agravado involuntariamente por quienes buscan proteger a las personas.