Las personalidades de gerentes y supervisores varían tanto como las personas a su cargo, y su singularidad puede contribuir a la estructura de una organización. Sin embargo, los empleados merecen una gestión de referencia y alguien que los motive, apoye su crecimiento y se rija por los mismos estándares. Los empleadores pueden ayudar a promover relaciones positivas entre gerentes y trabajadores mediante los siguientes medios:

1. Articular la filosofía de gestión de personas de la organización.

Describa el enfoque de la organización y las prácticas gerenciales preferidas que contribuyen a una cultura laboral empática, solidaria y flexible. La filosofía podría abarcar desde los objetivos organizacionales para aumentar la diversidad en el liderazgo, hasta la orientación específica sobre mentoría y coaching, y cómo se realizarán las evaluaciones de desempeño. Esta filosofía también debe abordar cómo los gerentes de personal se integran en la estructura jerárquica de la organización, por ejemplo, a quiénes pueden los supervisores solicitar orientación sobre las mejores prácticas y recibir apoyo, y cómo deben apoyar a su personal.

2. Estandarizar las prácticas de gestión para brindar a todos los trabajadores una experiencia consistente

Las prácticas de gestión estándar deben integrarse en una estrategia integral de gestión de personal. Incluya estas prácticas en el manual del empleado, analícelas durante la capacitación gerencial y póngalas en práctica o ejemplifíquelas en todos los niveles de la organización. Considere incluir las siguientes buenas prácticas como expectativas para los gerentes de personal:

  • Generar confianza, respeto y colaboración como parte de una relación gerente-empleado;
  • Establecer expectativas claras y realistas sobre las responsabilidades laborales;
  • Consulte con los informes directos periódicamente según un cronograma recurrente que funcione para ambas partes;
  • Evaluar periódicamente la carga de trabajo del informe directo y ayudarlo cuando sea posible;
  • Sea accesible con políticas abiertas y flexibles;
  • Comprender cómo los empleados expresan signos de estrés agudo o agotamiento;
  • Brindar apoyo emocional a los empleados;
  • Proporcionar a los empleados autonomía sobre su trabajo;
  • Alentar a los trabajadores a tomarse tiempo libre para su bienestar; y
  • Asegúrese de que el gerente se comunique periódicamente con él mismo y con su supervisor directo.

3. Preparar y capacitar a los trabajadores para que sean gestores de personas eficaces y solidarios.

Los empleados que destacan en un puesto pueden no destacar en un puesto directivo sin la formación y la orientación adecuadas. Una gestión de personal eficaz y con apoyo es una habilidad que se puede enseñar mediante expectativas y formación transparentes. Los lugares de trabajo deben invertir en formación en gestión para garantizar que los empleados desempeñen bien sus funciones. Además, los empleadores pueden preparar a los trabajadores mediante una orientación e incorporación obligatorias, un programa de formación en gestión y acceso a apoyo externo. Consulte "Formación en salud mental en el trabajo" para obtener sugerencias de formación.

4. Fomentar la mentoría para promover un enfoque atractivo y personalizado de la experiencia de cada trabajador.

Un mentor debe servir como consejero o guía de confianza, aportar su experiencia a personas con menos experiencia y construir una relación basada en la comunicación. Considerar un puesto directivo como una oportunidad de mentoría puede ayudar al gerente a centrarse en las fortalezas del empleado, forjar una relación sólida y ayudarlo a crecer profesionalmente. Los gerentes de personal, los miembros de la junta directiva, los miembros de la asociación de exalumnos o los compañeros pueden servir como mentores.

5. Incluir la toma de decisiones compartida en las evaluaciones de desempeño

En lugar de las evaluaciones de desempeño estándar, los empleadores pueden aprovechar la relación entre un gerente y un subordinado directo para brindar retroalimentación bidireccional. Mediante la toma de decisiones compartida o un proceso de revisión de 360 grados, en el que múltiples partes interesadas brindan retroalimentación para la mejora, tanto el gerente como el subordinado directo deben discutir los objetivos profesionales de forma colaborativa y cómo el gerente puede brindar apoyo durante el proceso.

6. Evaluar periódicamente la estrategia de gestión de personas de la organización.

Considere contratar a una organización o consultor externo, realizar encuestas anónimas y confidenciales a los trabajadores o crear políticas de liderazgo de puertas abiertas para garantizar que la estrategia cumpla con sus métricas. Las organizaciones deben exigir a los líderes y gerentes de personal que rindan cuentas bajo los mismos estándares y brindar a otros trabajadores la opción de brindar retroalimentación mediante la implementación de un proceso de quejas, la gestión de una línea directa de ética, el establecimiento de un comité ejecutivo de gobernanza o la respuesta a encuestas de satisfacción anónimas.