El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es una de las razones más comunes por las que los niños son derivados a servicios de salud mental. Afecta hasta a uno de cada 20 niños. Si bien los niños tienen entre tres y cuatro veces más probabilidades de padecer TDAH que las niñas, el trastorno afecta tanto a niños como a niñas.
Si bien la afección se asocia con mayor frecuencia a la infancia, recientemente se ha descubierto que los trastornos por déficit de atención (TDA, TDAH) persisten en la edad adulta en muchas personas. Se sabe que síntomas como la falta de atención, la impulsividad y la hiperactividad persisten en la edad adulta en un porcentaje significativo de niños con TDA. Desafortunadamente, relativamente pocos adultos reciben diagnóstico o tratamiento para el TDA.
Se desconoce la prevalencia del TDAH en adultos; se han realizado muy pocos estudios. En los escasos estudios de tratamiento en adultos, no parece haber una diferencia significativa según el sexo. Aproximadamente dos tercios de los niños diagnosticados con TDAH durante o antes de la primaria continúan presentando síntomas conductuales en la adolescencia. Durante este período, también se manifiestan problemas conductuales, de aprendizaje y emocionales asociados. Aproximadamente entre un tercio y la mitad de estos adolescentes continúan presentando síntomas de TDAH durante la edad adulta.
Causas
El TDAH no es culpa de nadie. Los investigadores creen que la biología y los genes desempeñan un papel importante en su desarrollo. De hecho, entre el 30 % y el 40 % de los niños diagnosticados con TDAH tienen familiares con el mismo trastorno. Las exploraciones cerebrales revelan que el cerebro de los niños con TDAH difiere del de los niños sin este trastorno. Se cree que los niños con TDAH tienen problemas en la parte del cerebro que controla la organización y la dirección del pensamiento y la conducta.
La causa o causas exactas del TDAH no se conocen de forma concluyente. La evidencia científica sugiere que, en muchos casos, el trastorno se transmite genéticamente y se debe a un desequilibrio o deficiencia en ciertas sustancias químicas que regulan la eficiencia con la que el cerebro controla el comportamiento. Un estudio realizado en 1990 por el Instituto Nacional de Salud Mental correlacionó el TDAH con una serie de anomalías metabólicas cerebrales, lo que aporta más evidencia de que el TDAH es un trastorno neurobiológico.
Si bien la herencia suele indicarse, los problemas en el desarrollo prenatal, las complicaciones del parto o el daño neurológico posterior pueden contribuir al TDAH. Existe poca evidencia científica que sugiera que factores ambientales, factores dietéticos como los colorantes alimentarios o el azúcar, problemas del oído interno o dificultades visomotoras sean la causa subyacente del TDAH.
Síntomas
síndrome de atención deficitaria e hiperactividad (TDAH)
Existen tres tipos principales de TDAH. Un tipo se caracteriza por la falta de atención, otro por comportamiento hiperactivo o impulsivo, y el tercer tipo es una combinación, cuando los niños presentan signos de ambos tipos. Los síntomas suelen pasar desapercibidos hasta que el niño ingresa a la escuela. Para recibir un diagnóstico de TDAH, un niño debe presentar síntomas en al menos dos entornos, como el hogar y la escuela, y estos deben interferir con su capacidad para desenvolverse en casa o la escuela durante al menos seis meses. Los especialistas coinciden en que deben estar presentes al menos seis síntomas de las siguientes listas para un diagnóstico preciso, y los síntomas deben comenzar a los 7 años.
Señales de comportamiento desatento:
- Tiene dificultad para seguir instrucciones
- Tiene dificultad para concentrarse en las tareas.
- Pierde cosas en la escuela y en casa.
- Olvida las cosas a menudo
- Se distrae fácilmente o tiene dificultad para escuchar.
- Carece de atención a los detalles, comete errores por descuido o es desorganizado.
- No completa las tareas o deberes
Signos de comportamiento hiperactivo:
- Está inquieto.
- Abandona el asiento cuando no debería.
- Corre o trepa de forma inapropiada.
- Habla excesivamente.
- Dificultad para jugar en silencio.
- Siempre en movimiento.
- Responde precipitadamente.
- Tiene problemas para esperar su turno.
- Interrupciones.
Sin embargo, la presencia de algunos síntomas no confirma el diagnóstico de TDAH. Que un niño tenga mucha energía o dificultad para prestar atención en la escuela no significa que tenga TDAH. Un diagnóstico preciso se basa en la presencia de una serie de síntomas y dificultades que impiden que el niño alcance un nivel adecuado para su edad y nivel de inteligencia. Los docentes suelen ser los primeros en observar estos problemas, y su opinión debe considerarse seriamente.
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Los adultos que viven con esta enfermedad, y especialmente aquellos que no han sido diagnosticados ni tratados, pueden estar experimentando una serie de problemas, algunos de los cuales se derivan directamente del trastorno y otros que son el resultado de patrones de ajuste asociados.
Los síntomas actuales de un adulto con TDAH pueden incluir:
- Distracción
- Desorganización
- Olvido
- Dilación
- Retraso crónico
- Aburrimiento crónico
- Ansiedad
- Depresión
- Baja autoestima
- Cambios de humor
- Problemas de empleo
- Inquietud
- Abuso de sustancias o adicciones
- Problemas de relación
Los síntomas del TDAH pueden ser variables y situacionales, o constantes. Algunas personas con TDAH pueden concentrarse si están interesadas o entusiasmadas, mientras que otras tienen dificultad para concentrarse en cualquier circunstancia. Algunas buscan con avidez la estimulación, mientras que otras la evitan. Algunas se vuelven oposicionistas, maleducadas y, posteriormente, antisociales; otras pueden volverse fervientes complacientes. Algunas son extrovertidas y otras, retraídas.
Tratos
Los métodos de tratamiento que ofrecen los profesionales pueden incluir una combinación de educación para el adulto, su familia y amigos cercanos, adaptaciones educativas y laborales, medicación y terapia. El tratamiento adecuado se determina según la gravedad del trastorno y el tipo y número de problemas asociados.
Muchas personas se han beneficiado de un plan de tratamiento que incluye medicación. Combinado con educación y terapia, puede proporcionar una base para que los adultos puedan alcanzar nuevos éxitos. El propósito de la medicación es ayudar al adulto a autoayudarse. Proporciona el apoyo biológico necesario para el autocontrol. Por lo tanto, la medicación no controla a la persona; el esfuerzo por alcanzar el éxito es suyo.
Algunos consejos que los adultos con TDAH han encontrado útiles incluyen:
- Utilice la estructura interna. Esto incluye el uso de agendas, listas, notas personales, códigos de colores, rutinas, recordatorios y archivos.
- Elige “Buenas adicciones”. Seleccione ejercicios u otras actividades saludables que le gusten para tener un tiempo de “descanso” regular y estructurado.
- Establezca un entorno gratificanteDiseñe proyectos, tareas, etc., para minimizar o eliminar la frustración. Divida las tareas grandes en tareas más pequeñas; priorice.
- Utilice tiempos de espera. Tómate un tiempo para calmarte y recuperar la perspectiva cuando te sientas molesto, abrumado o enojado. Aléjate de la situación si es necesario.
- Utilice el humor. Es útil que las parejas y colegas te impulsen constantemente para mantenerte en el buen camino, siempre que lo hagan con humor y sensibilidad. Aprende a ver los síntomas del TDAH con humor y a bromear con amigos cercanos y familiares sobre síntomas como perderse, olvidos, etc.
- Conviértete en un educador y edúcate. Lee libros. Habla con profesionales. Habla con otros adultos con TDAH. Informa a las personas importantes sobre tus fortalezas y debilidades relacionadas con el TDAH. Apóyate en la causa.
Para padres y cuidadores de niños con TDAH
Los niños con síntomas de TDAH deben ser derivados y evaluados por un profesional de la salud mental especializado en el tratamiento pediátrico, a menos que su médico de cabecera tenga experiencia en el tratamiento de este trastorno. La evaluación diagnóstica debe incluir la observación del comportamiento en el aula y en casa. Se debe desarrollar un plan de tratamiento integral con la familia y, siempre que sea posible, el niño debe participar en la toma de decisiones sobre el tratamiento. Se deben realizar pruebas educativas cuando existan dificultades de aprendizaje.
El tratamiento para el TDAH es eficaz para la mayoría de los niños. La identificación, el diagnóstico y el tratamiento tempranos ayudan a los niños a alcanzar su máximo potencial. Los tratamientos más eficaces para el TDAH incluyen una combinación de medicación, terapia conductual, apoyo y educación parental. Nueve de cada diez niños responden a la medicación, y el 50 % de los que no responden a una primera medicación sí lo harán a una segunda. Cuando el TDAH coexiste con otro trastorno, como la depresión o la ansiedad, la combinación de medicación y psicoterapia ha demostrado ser especialmente eficaz. Si bien el valor de la medicación está bien documentado, los padres deben sentirse libres de hablar con el médico de su hijo sobre cualquier inquietud relacionada con el uso de la medicación. Haga clic aquí. aquí para una guía de los medicamentos utilizados en el tratamiento del TDAH infantil.
Si a su hijo o a un niño que conoce le diagnostican TDAH, tenga paciencia. Incluso con tratamiento, los síntomas pueden tardar en mejorar. Inculque en el niño o adolescente un sentido de competencia. Fomente sus fortalezas, talentos y autoestima. Recuerde que los efectos secundarios del TDAH sin tratamiento (como el fracaso, la frustración, el desánimo, el aislamiento social, la baja autoestima y la depresión) pueden causar más problemas que el propio trastorno.
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