¿Qué es una "etiqueta de identidad"? Es una frase que representa una parte de nosotros mismos y nuestras experiencias compartidas con los demás. Estas frases son fundamentales para la comunicación, pero también tienen sus limitaciones. La frase no representa la experiencia en sí, sino que es una forma abreviada de expresarla.

Para mi bienestar mental, he descubierto que es importante cultivar un sentido de quién soy más allá de las fronteras del lenguaje y, en términos de identidad, verme como algo más complejo de lo que cualquier palabra o frase puede expresar. Si bien puede ser sanador encarnar una etiqueta de identidad para sentir ese sentido de pertenencia, también puede ser limitante.

Cuando siempre me presento con una lista de términos relacionados con género, raza, capacidades, etc., empiezo a sentirme encasillada, como si no les diera a los demás la oportunidad de verme como individuo, sino como una lista de ideas preconcebidas. Dejar atrás las etiquetas de identidad, entonces, es una práctica que me ayuda a comprender cuándo es importante nombrar la identidad y cuándo es más beneficioso que esos aspectos de mi identidad en la sociedad pasen desapercibidos. Al observar mi apego a mis etiquetas, puedo profundizar mi relación con ellas y con quienes las comparten.

Esta práctica también me ayuda a desafiar la tokenización, ya sea mi propia tokenización o mi potencial para tokenizar a otros. ¿Quiero que cada historia sobre mi identidad se centre en ser no binario, birracial o tener múltiples discapacidades? No, porque esto puede diluir la comprensión que la gente tiene de mí. También puede convertirme en un ejemplo de cómo son todas las personas con trastorno bipolar, por ejemplo, cuando eso no siempre es lo mejor para mí ni para otras personas con trastorno bipolar. Conociendo los problemas de la tokenización, trato de ser cuidadosa al hablar sobre mis experiencias de identidad para no actuar como una falsa experta, creyendo que mi experiencia representa y captura la totalidad de la experiencia de todas las personas en esa comunidad.

Puede ser liberador simplemente hablar como yo y no como miembro de una de mis comunidades, y esta práctica de dejar de lado las etiquetas de identidad (temporalmente y con intenciones claras) me da una idea de cuándo encarnar mi individualidad y cuándo servir como representante de la comunidad.

Paso 1: Reconocer las limitaciones

¿Hay aspectos de tu experiencia vivida que no encajan perfectamente con lo que comunica una etiqueta de identidad? ¿Qué otras palabras, imágenes o sonidos te ayudan a transmitir esta experiencia? ¿Qué han compartido otras personas con esta identidad con lo que no te identificas?

Al observar las limitaciones de la identidad como término, puedes empezar a vislumbrar tu definición personal, compararla con una definición más amplia y quizás ver cómo funciona para ti y para tu comunidad, y cómo no. Esto se refleja en mi experiencia como profesora de yoga del sur de Asia. Puede ser fundamental reconocer mi identidad racial en un contexto cultural, pero cuando siempre priorizo esa identidad en mi práctica de yoga, limito mi experiencia.

Paso 2: Cultivar el sentido de estar más allá de las etiquetas

Mi práctica de yoga es un gran espacio para dejar de lado los mensajes (palabras, imágenes, cualquier cosa que demuestre tu sentido de identidad a los demás) y aprender a simplemente ser.

¿Tienes prácticas culturales que te permitan apreciar la diferencia entre vivir como [insertar etiqueta de identidad aquí] y liberarte de esa etiqueta? Por ejemplo, cuando practico yoga, no siempre necesito considerarme principalmente surasiática. Hay momentos en los que puedo mover mi cuerpo intuitivamente o meditar sin necesidad de definir quién soy en la sociedad.

Esta capacidad de ser quien soy más allá de las etiquetas también aplica a las etiquetas diagnósticas. Cuando limpio, ¿debo ser definido como una persona con TOC que limpia? ¿Puedo simplemente poner música y terminar mi trabajo sin considerar mi nivel de ansiedad, ni fijarme en cuántas veces me lavo las manos y preguntarme si clínicamente se considera demasiado? ¡Sí, me alegra compartir que puedo!

Paso 3: Regresa a tu relación con una etiqueta de identidad

Una vez que liberas la etiqueta o amplías tu perspectiva sobre ella, puedes regresar con una comprensión renovada de por qué es importante para ti. ¿Sientes una sensación de amplitud, impermanencia y asombro?

Quizás puedas descubrir nuevas capas de significado que no se te ocurrieron antes de desafiar el apego a tu etiqueta de identidad. Sí, las palabras para género, raza, sexualidad, capacidad, estado de ánimo, etc., son importantes, pero tampoco pueden definir todo sobre quién eres. Las palabras para la salud mental, en particular, existen para identificar preocupaciones y trazar un plan de sanación individualizado, no para predecir en quién te convertirás en el futuro.

Conclusión

Estar en tu experiencia, sin apegarte a un mensaje, no la niega. Considero que el silencio es un espacio que honra complejidades indescriptibles. Esto también puede abrir la conexión con otros que se identifican con la experiencia sin necesariamente identificarse con la etiqueta de identidad, incluyendo a personas que nos precedieron, en tiempos anteriores a la existencia de constructos sociales como la raza, el género, la sexualidad, la religión y los diagnósticos conductuales. Personalmente, siento más paz y tranquilidad al conectar con estas personas y recordar que existo como soy porque ellas existieron como eran.