Los últimos dos años han sido una época de transformación. Si bien múltiples sistemas en nuestra nación se han visto presionados a cambiar, cada cuerpo experimentó una tensión similar a la que vimos en los medios de comunicación y en nuestras comunidades. Si respondimos o no a la llamada de nuestra sanación, individual o colectivamente, es cuestión de opinión. Lo que es cierto, sin embargo, es el cambio innegable hacia la responsabilidad por el bienestar y la claridad con la que damos vida a lo que necesitamos, deseamos y merecemos.
De manera aún más singular, las comunidades negras, indígenas y de color (BIPOC) siguen manteniéndose firmes frente a lo que parece un racismo persistente. Esta lucha generacional puede cansar física, emocional, mental y espiritualmente. Quienes abogan por el antirracismo también han sentido la ira de la injusticia y la vulnerabilidad de la perseverancia.
Muchas organizaciones han comenzado a diseñar estrategias antirracistas que identifican sesgos y establecen nuevas expectativas para que todas las partes interesadas se opongan sistemáticamente al racismo. Sin embargo, falta un elemento: la atención a la energía. La energía negativa generada y contenida por una pandemia global, la brutalidad policial, el encarcelamiento masivo, los entornos laborales tóxicos, la desigualdad en los recursos comunitarios y otros espacios donde existen sesgos raciales, acaba impregnando todo nuestro ser. Las estrategias antirracistas requieren, por lo tanto, el trabajo energético como parte valiosa de la solución.
El Reiki es una práctica de sanación suave, no confesional, originaria de Japón e incluye cinco principios que reafirman la vida consciente y la interconexión. Los practicantes de Reiki facilitan la sanación, eliminando bloqueos y restaurando el equilibrio donde se dirige la energía. Esta práctica no invasiva implica la colocación de las manos a lo largo de los centros energéticos del cuerpo (chakras) y puede realizarse presencialmente o a distancia.
A continuación se presentan algunas formas en las que el Reiki puede apoyar estrategias antirracistas enmarcadas en una intersección particular de sentimientos y responsabilidad.
Ansiedad y políticas laborales
Implementar estrategias antirracistas en una organización puede generar ansiedad. Para que funcionen correctamente, y no solo para que funcionen, se requiere todo, menos lo mínimo indispensable. Los efectos calmantes del reiki pueden aliviar la ansiedad de quienes participan en la evaluación, implementación y valoración de las estrategias antirracistas en el lugar de trabajo. Considere ofrecer mini sesiones de reiki como parte del bienestar de los empleados para apoyar a todos.
Introspección y responsabilidad social
Las estrategias antirracistas se benefician de nuestra autorreflexión sincera, y debemos involucrarnos plenamente en el proceso para identificar nuestros prejuicios y considerar qué podemos estar perpetuando. El Reiki promueve la introspección que cuestiona la raíz de nuestros pensamientos, creencias y hábitos. Lo que siempre hemos hecho no es necesariamente bueno para nosotros. La ignorancia de nuestras acciones no es una bendición cuando alguien (o un grupo) es abusado y marginado. El Reiki nos ayuda a actuar en sintonía con la mejor versión de nosotros mismos.
Fatiga racial y defensa social
La fragilidad blanca, las creencias supremacistas blancas y la blancura a menudo dificultan el progreso de las estrategias antirracistas. En respuesta, los defensores trabajan incansablemente para cambiar la narrativa y exigir responsabilidades a los sistemas, de modo que las comunidades BIPOC puedan vivir con dignidad. Este tipo de esfuerzo conduce a una falta crónica de descanso. El Reiki activa nuestro sistema nervioso parasimpático, lo que ayuda al cuerpo a entrar en un estado de relajación total. Durante este tiempo, nuestro cuerpo no está en modo de "lucha o huida" y realiza actividades regulatorias estándar que optimizan nuestra salud. Los legisladores, las organizaciones de base y los activistas se benefician de esta restauración, esencial para sostener cualquier movimiento eficaz e impactante.
Fatiga por compasión y atención médica
El sistema de salud está desbordado por la pandemia, pero las comunidades BIPOC están, lamentablemente, acostumbradas a que algunos profesionales ignoren su deber de no causar daño. Al considerar estrategias antirracistas, la sanación con reiki puede ayudar a los profesionales a depurar sus espacios emocionales y mentales para mostrarse con mayor humildad y empatía, y permitirles conectar más profundamente con pacientes de todos los orígenes. El reiki también puede fomentar la liberación del trauma personal que pueda surgir al realizar evaluaciones del dolor, determinar diagnósticos, sugerir tratamientos o simplemente escuchar al paciente como el experto en su vida.
Desintoxicación y desarrollo comunitario
Las estrategias antirracistas exitosas incluyen a las personas y grupos afectados en el proceso de crear soluciones. Así como el reiki puede ayudar al cuerpo a activar sus capacidades curativas naturales, las comunidades pueden encarnar la desintoxicación que se manifiesta a través de la financiación, los programas y la seguridad. El reiki elimina toxinas de nuestros cuerpos energéticos y físicos; nuestros chakras se reequilibran; nos conectamos a tierra; podemos conceptualizar soluciones comunitarias con claridad; y encontramos alivio de la hipervigilancia, el estrés elevado y la sobreestimulación.
Estos ejemplos pretenden mostrar la amplitud y profundidad del reiki como herramienta maestra de sanación, con usos tan universales como la energía misma. Todos los involucrados en el proceso de estrategias antirracistas tienen un interés energético en el resultado. Al considerar las estrategias antirracistas, debemos recordar que es menos un concepto que una brújula: esa herramienta solo funciona cuando actuamos en la dirección indicada. El reiki llena el camino de energía sanadora.
Nya Wilson es la creadora de Diálogo Nyne y es un sanador intuitivo de Reiki.