Hoy, sólo 40% de los adultos hispanos con problemas de salud mental reciben tratamiento, en comparación con el 56% de sus homólogos blancos, una disparidad que persiste a pesar de tener necesidades similares. Esta brecha es especialmente urgente para el estimado 2,3 millones de personas con dominio limitado del inglés que requieren servicios de salud mental y uso de sustancias en español.

Para el Dr. Pierluigi Mancini, abordar esta barrera lingüística se convirtió en la misión de su vida. Psicólogo y líder internacional en salud mental y trastornos por consumo de sustancias de inmigrantes y refugiados, el Dr. Mancini ha dedicado 25 años a ampliar el acceso lingüístico a la atención médica. Es decir, a ayudar a las personas a obtener la atención que necesitan, sin importar su idioma, mediante un mayor acceso a intérpretes, documentos traducidos, personal sanitario bilingüe y más. Tras 40 años de recuperación del consumo de sustancias, su trayectoria personal ha impulsado su deseo de garantizar que las comunidades de ascendencia latina e hispana reciban apoyo en su propio idioma y de profesionales que comprenden su cultura.

Construyendo lo que no existía

Apenas dos años después de su recuperación, el Dr. Mancini se adentró en el campo de la salud mental. Su carrera dio un giro radical en 1999, cuando sus colegas acudieron a él con una grave deficiencia: no había nada en Georgia para personas con problemas de consumo de sustancias o de salud mental que, además, tuvieran un dominio limitado del inglés.

Al ver la necesidad, fundó una agencia, sin financiación ni respaldo. La primera lección fue dura: las mismas personas a las que pretendía ayudar a menudo trabajaban en empleos sin seguro médico y no podían pagar la atención médica.

El Dr. Mancini empezó a buscar apoyo en varias casas. Muchos aplaudieron la idea, pero se negaron a financiarla, alegando que no existían estudios de resultados de una clínica que tratara a personas en un idioma distinto del inglés. Trabajando 18 horas al día, llegó al punto de cuestionarse si debía continuar, hasta que llegó un momento inesperado de claridad.

Una mañana, entró en su consultorio y se encontró con tres monjas de las Hermanas de la Misericordia, cinco pacientes y un cheque de 2500 dólares. «Desde ese día, nunca he dudado de que esta es mi misión: construir una infraestructura donde las personas con barreras lingüísticas puedan acceder a servicios para la salud mental y los trastornos por consumo de sustancias», dijo el Dr. Mancini.

Transformando la conciencia en acción

El Dr. Mancini transformó esa misión en programas tangibles: clínicas, clubes y programas de prevención escolar, todos enfocados en mejorar el acceso lingüístico para personas con problemas de salud mental. Para cuando dejó su clínica en 2016, esta se había convertido en una de las principales organizaciones de salud conductual del país centrada en la comunidad latina. Atendía a más de 150 personas diariamente en atención clínica, llegaba a 10,000 jóvenes en cinco ciudades de Georgia, obtenía casi 1 millón de dólares en subvenciones e ingresos, y llegó a contar con 72 empleados que representaban a 20 países latinoamericanos, España y Brasil. El Dr. Mancini también asesoró a 42 profesionales clínicos bilingües para obtener su licencia completa, incluyendo dos psicólogos y un psiquiatra.

“Actualmente, mi misión sigue siendo el acceso lingüístico, especialmente mientras abordamos el discurso actual sobre diversidad, equidad y el 'solo inglés'”, dijo. “Aún hay millones de personas que carecen de servicios debido a las barreras lingüísticas. Eso no puede disuadirme; solo significa que debo ser más creativo”.

Anima a otros miembros de la comunidad latina que desean generar cambios a seguir adelante, incluso ante obstáculos: «Sé persistente. Algo se abrirá. Sigue tocando puertas. Una de esas puertas se abrirá».

Salud mental en comunidades de ascendencia latina e hispana

La Dra. Mancini describe los fuertes lazos familiares como una fortaleza y un desafío a la vez en las comunidades de ascendencia latina e hispana. Las familias brindan consuelo y conexión, pero su amor también puede llevar a minimizar o justificar las señales de alerta de angustia. "Si alguien se comporta de una manera que podría lastimarse, y lo minimizas o lo ignoras, no estás escuchando lo que intenta decirte: que está sufriendo de alguna manera".

Persisten otras barreras: la falta de seguro médico, la dificultad para integrarse en la cultura estadounidense y la escasez de profesionales sanitarios bilingües. Al mismo tiempo, las tradiciones culturales (servicios religiosos, festividades y reuniones comunitarias) son fuentes vitales de resiliencia. Estas prácticas les recuerdan a las personas que no están solas y fortalecen su recuperación.

Un mensaje de esperanza

El acceso a la atención de salud mental nunca debería depender del idioma que se habla. El trabajo del Dr. Mancini demuestra lo que se puede lograr cuando los sistemas son cultural y lingüísticamente receptivos: las vidas cambian, las familias se fortalecen y las comunidades prosperan.

Ahora nos toca a todos. Los legisladores, proveedores y líderes comunitarios deben garantizar que la equidad, la cultura y el idioma sigan siendo fundamentales en los servicios de salud mental. Y para quienes pertenecen a comunidades de ascendencia latina e hispana y estén pasando por momentos difíciles, sepan que hay ayuda disponible tanto en inglés como en español. Extender la mano es una señal de fortaleza, y no están solos.

Si usted o alguien que le importa necesita apoyo, llame o envíe un mensaje de texto al 988 en cualquier momento para conectarse con alguien que se preocupa. La línea de ayuda 988 ofrece servicios de llamadas, mensajes de texto y chat en inglés y español. Las llamadas de voz están disponibles en muchos otros idiomas.Juntos, podemos garantizar que cada voz sea escuchada, cada cultura respetada y cada comunidad apoyada.

Visita la página web de MHA Centro de recursos de español y MHAScreening.org para información y herramientas en español.